El llanto silencioso de los hombres de la UIA
Evitan decir en público que la crisis se los está llevando puestos. A horas de la Conferencia Industrial y mientras evitan confrontar en público, admiten en privado que están importando “casi la mitad” del producto y que el proceso de desindustrialización por la apertura de Milei será más rápido que con Menem. Por qué la actividad no se va a recuperar. La presión del fronting ideológico de Techint. Por Leandro Renou. A horas del inicio de la Conferencia Anual de la Unión Industrial Argentina (UIA), la procesión de los ceos fabriles va por dentro. Aún ante la peor crisis de su historia, decidieron no confrontar en público contra el modelo de Javier Milei, pero en sus conversaciones privadas se percibe la cruda realidad del sector.
Según recogió Página I12 de charlas con varios dirigentes de la mesa
chica de la central empresaria, el diagnóstico es lapidario: los
industriales de la UIA creen que el dólar regalado y la apertura
económica los demuelen “en menos tiempo que aquella desindustrialización
de Menem”, y que la importación liberada en niveles pocas veces vistos
ya hizo que muchas industrias estén trabajando “con un 50 y 50?. Mitad
del bien producido en Argentina, y el resto traído de afuera, con el
consecuente daño al entramado productivo y al empleo. La tercera pata
que surge de las charlas privadas de jerarcas de la UIA es que ninguno
de ellos ve una recuperación no ya en el corto plazo, sino en el mediano
y largo. Sobre todo porque los sueldos no están traccionando una
actividad congelada. Parte de ese hecho casi poético de fingir demencia
tiene la bajada ideológica de Techint. El holding de Paolo Rocca cambió
de perfil post 26 de octubre. Abandonó la línea crítica con la que se
entusiasmó luego de la derrota de Milei en las Legislativas bonaerenses,
y volvió a alinearse con los libertarios. La orden de Rocca es no
agitar las aguas, resistir y reconvertir al que se tenga que
reconvertir. “Él tiene la ecuación resuelta porque tiene el negocio
petrolero”, comentó ante este diario uno de sus pares, integrante de un
rubro muy dañado. En los años de Mauricio Macri en el poder, el entonces
ministro de Producción, Francisco “Pancho” Cabrera, calificó a los ceos
de la UIA como unos “llorones”. Hoy, las lagrimas se derraman en el
silencio de una catarsis que no puede conocerse en el exterior. El
escenario es tan grave en materia de actividad y, sobre todo, de ingreso
de importados, que hay sectores estratégicos que ya importan más de lo
que producen. Un sólo dato: la metalurgia, la madre de industrias, tiene
este año un volumen de importaciones 60 por ciento mayor al del año
pasado. Para los textiles y del calzado, la situación es aún peor, con
importaciones que pegan directamente. “Están despidiendo trabajadores”,
afirman en la interna de UIA.
La bajada de línea de la “T” y el súper Menem
El
que traduce los dichos de Rocca en el discurso público es Martín
Rappallini, el titular de la UIA y hombre de la cadena de valor de la
“T”. Será el que abrirá la muestra anual, que tendrá un discurso inicial
del ministro de Economía, Luis Caputo. Rappallini, el que modera los
ánimos más caldeados, es el representante de los empresarios en la mesa
del Consejo de Mayo, en donde se está cocinando la Reforma Laboral, que
es el objetivo central que se planteará en la convención anual. También
presionan los empresarios por la reforma tributaria. “El empresario
quiere ir a una nueva etapa, pero todavía estamos viviendo con
distorsiones del pasado, dijo hace unas horas Rappallini en el foro de
Alacero. ”Son todas distorsiones que vienen hace tiempo", agregó y hasta
se animó a decir que “hay que trabajar en un cambio cultural”. Lo
curioso es que mientras el Presidente plantea el discurso soft, en los
chats de Whatsapp de los industriales corren noticias de la recesión.
Dos puntuales: un frigorífico tomado por sus trabajadores en Villa
Gobernador Gálvez, por la crisis del consumo y el no pago de salarios; y
la quiebra definitiva de la láctea La Suipachense, que dejó en la calle
a 120 empleados. Lo mismo pasó, meses atrás, con la proveedora
principal de la Sancor. “¿Por qué decimos que esto es Menem más
rápido?“, intentó explicar un industrial a este diario. Primero,
argumentan, porque en menos de dos años la apertura brutal ya se está
cargando empleos calificados y es transversal a todas las actividades. Y
hay un factor geopolítico que es central: el poderío que hoy tiene
China, no era el poderío que los asiáticos tenían en los años 90. Hoy
son infinitamente más potentes en calidad y tecnología, ergo, se devoran
más rápido cualquier mercado que decide cortar con las barreras de
protección.
¿Habrá críticas?
El empresario del café Martín
Cabrales será quien presida la 31ª conferencia organizada por la Unión
Industrial Argentina (UIA) que lleva el lema “El futuro se produce hoy” y
confirmó que uno de los temas principales que debatirán será la
simplificación tributaria. “Argentina es un país que necesita dar
trabajo y, además, necesita formalidad, porque hay mucha informalidad y
eso afecta mucho a la competencia”, señaló Cabrales. En la misma línea,
remarcó que debería haber “una carga tributaria menor” porque lo que se
paga de impuestos en el país “es terrible” y puso en el mismo nivel de
importancia el peligro que representa “la economía informal” y la
calificó como “peor que las importaciones”: “No pagan ningún tipo de
impuestos y eso es muy dañino”, agregó. La pregunta del millón, en este
marco, es si en algunos de los discursos de parte del sector empresario
habrá menciones a la crisis. Las presiones son para que haya, por lo
menos, menciones al problema de las importaciones y los avances del
contrabando en fronteras que ya no son controladas por el Estado
Nacional.








